El Palacio de Congresos de Peñíscola fue inaugurado el 20 de diciembre del 2003. Sus arquitectos diseñaron un edificio singular, de concepción asimétrica que se caracteriza por el umbráculo de celosía que da entrada a un hall de cerámica artesanal. Dotado de una sala con un aforo de 700 plazas, el techo se construye con una losa de hormigón visto que incorpora en su propia estructura las condicionantes de la acústica. El edificio dispone además de una sala de exposiciones y tres salas menores para congresos y convenciones, de un hall inferior y superior con un espacio fluido y envolvente con abundante luz.